La castración para el homosexual, la flagelación para la mujer que abortase, la esclavitud e incluso la muerte para la adúltera. Ésas fueron sólo algunas de las penas previstas por el derecho visigodo entre los siglos V y VII para los delitos sexuales, según ha explicado esta mañana el catedrático de la Universidad de Murcia, Enrique Álvarez Cora, en el marco de la Universidad de Verano Corduba 04. En su intervención, el profesor ha repasado los principales delitos sexuales en un tiempo en el que la legislación inició el camino de la cristianización y el sexo comenzó a ser visto como una práctica exclusiva de matrimonio. Entonces, el adulterio era un delito exclusivo de las mujeres -el hombre podía mantener cuantas relaciones quisiese fuera del matrimonio- y tanto ellas como sus amantes podían ser entregadas al marido en condición de siervos. No obstante, la muerte llegó a ser una pena habitual en ese tipo de delitos, como lo fue para las mujeres que abortasen, aunque ese delito fuese penado también con la flagelación.
Entre las penas más duras se impuso la castración para los homosexuales, un crimen que daba la opción a la mujer a repudiar a su marido. La única causa de divorcio que podía ser aducida por las féminas, mientras el hombre podía siempre argumentar cuestiones de honor. De hecho, hasta el siglo XIX, la legislación permitía al hombre matar a su esposa y al amante de ésta si los descubría cometiendo el delito de adulterio. La única pena era el destierro y durante un breve período de tiempo. Así lo ha explicado el segundo ponente del curso, el catedrático de Murcia Enrique Gacto, que también ha repasado la historia del delito de bigamia y la jurisprudencia nacida de los tribunales religiosos y seculares.
El repaso a estos delitos continuará, junto a los crímenes del entorno doméstico, esta semana dentro del curso "Derecho Penal, violencia familiar y otros delitos contra la familia: análisis histórico-jurídico", que coordina el profesor de la Universidad de Córdoba Miguel Pino y en el que se han matriculado 28 estudiantes de la Universidad de Córdoba y 18 de la Universidad de Mesina (Italia). Entre otros especialistas intervendrán en el curso los catedráticos de la Universidad Complutense de Madrid Juan Antonio Alejandre y María Jesús Torquemada y de la Universidad de Salamanca Paz Alonso Romero.