El escritor Lope de Vega se significó en el panorama teatral del Siglo de Oro con una escenografía que se caracterizó por la sencillez. Esta característica de su puesta en escena le llevó a "no ser responsable de la nueva visión escenográfica del teatro ya que su aportación es muy escasa", afirmó hoy Francisco Lázaro, profesor de escenografía de la Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba, dentro del curso 'El teatro de Lope de Vega' en el marco de los Seminarios Fons Mellaria 2004 de Fuente Obejuna.
El autor de 'El Caballero de Olmedo', 'Fuenteovejuna' y 'La Dorotea', entre otros títulos importantes de su obra, no fue "una persona a la que le gustara mucho la proliferación de mecanismos y tramoyas en la escenografía teatral", apuntó Lázaro, al desarrollar parte de sus trabajos en el teatro popular. Esta idea de la escenografía tuvo que abandonarla en 1615, cuando la presión de los mecenas le obligó a utilizar toda esta maquinaria en la escena del teatro cortesano.
Además, de sobre el montaje que hizo Lope de Vega, el ponente introdujo a sus alumnos en la cultura europea de la escenografía de los siglos XVI al XVII, cuyos antecedentes se remontan a la Edad Media y al Renacimiento italiano, que destaca por la solución de la perspectiva y los aportes tecnológicos. En este periodo, el teatro en Europa se debatía en una doble cultura: la popular y la cortesana, que en España se tradujo en una tipología concreta: el corral de comedia.