Materia de memoria es toda nuestra vida. Por esa razón y porque recordar es revivir, en palabras de uno de sus componentes, el profesor Jose Javier Rodríguez Alcaide, la promoción de veterinarios, egresados de la Facultad de Veterinaria de Córdoba en 1960, ha celebrado sus bodas de oro con la profesión el pasado día 7 de este mes de mayo, coincidiendo con la fiesta de los patios cordobeses. La biología solo ha permitido que doce de los treinta y seis, que finalizaron su licenciatura, entonces de seis cursos académicos, hayan podido celebrar este retrospectivo acontecimiento.
La promoción de 1960 fue recibida en el umbral del Rectorado, antigua Facultad de Veterinaria, por el vicerrector Gómez Villamandos quien, acompañado por personal de la Universidad, mostró los restos arqueológicos hallados y la remodelación del edificio en plena actividad científica y profesional. Cerró el acto de recepción el decano actual de la Facultad de Veterinaria, profesor doctor Librado Carrasco, quien entregó a los asistentes la beca de color verde y el escudo de la Facultad como recordatorio de este cincuentenario. Se recordó a todos los fallecidos.
Dejada atrás la memoria, la promoción giró una visita al Campus de Rabanales para visitar las dependencias de la Facultad en el Paraninfo, así como el Hospital Clínico Veterinario, el Departamento de Producción Animal y el edificio de Sanidad Animal, pudiendo comprobar el avance cualitativo de las enseñanzas y dotaciones de 2010 respecto de lo que se disponía en 1960.
La convocatoria para el cincuentenario fue realizada por los profesores eméritos, Mayer Valor y Rodríguez Alcaide, pertenecientes a la promoción de 1960. La organización de todos los actos académicos recayó en Isabel Ramírez y Magdalena Rodríguez. Los diez restantes veterinarios acompañados de sus esposas, casi todos, procedían de Alicante, Badajoz, Cádiz, Huelva, Jaén, Málaga, Sevilla y Puente Genil (Córdoba). Una Córdoba bulliciosa acogió por la noche en San Basilio y la Judería a los que no tuvieron que regresar a sus hogares. Para Jose Javier Rodríguez Alcalde, " el volver a Córdoba, jubilados todos, ha sido como volver a empezar, pero de otra manera; como si esta vuelta a la Córdoba de 1960, fuera un volver a la juventud, suplemento de una vida plena. Todos los que han regresado se han sumergido en el encanto de aquellos tiempos. La visita ha sido como un baño purificador en el que se han perdonado los pecados de estudiantes. Cuando se han marchado se llevaron con ellos una especie de renacimiento en su espíritu".