Colomo ha señalado que Orson Welles consigue “conmovernos” con una película que es “un recital expresionista”. “Hizo una película propia con una novela de Kafka, que le venía como anillo al dedo a pesar de ser autores muy distintos”, ha señalado. Respecto a la novela, el director ha explicado que “inaugura la literatura moderna” hasta el punto de que Franz Kafka ha conseguido algo que “ni Shakespeare” logró, que es que “el término kafkiano sea un adjetivo”, puesto que “tocó algo que está en el hombre moderno”.
En cuanto a la relación entre Welles y Kafka, ha comentado que son autores “contrarios”, ya que el primero era americano y extrovertido, mientras que el segundo era europeo e introvertido. Sin embargo, ha reconocido que le atraía “mucho esta adaptación”, que ha valorado que está “a la altura del libro”, conformando una “buena película, aunque extraña e inclasificable”.
El director de "Los años bárbaros" ha comparado a Picasso con Kafka, manifestando que el primero “revolucionó la pintura” y el checo hizo lo propio con la literatura. En este caso, Kafka “muestra el poder, el funcionariado, el aparato burocrático”, que son elementos que “van contra el hombre”. Y se ha referido a otros autores del siglo XX que intentaron lo mismo como Jean-Paul Sartre.
El proceso narra el arresto y posterior enfrentamiento con el aparato judicial por parte de Josef K., quien no sabe de qué se le acusa. La novela fue publicada en 1925 y es paradigmática en la expresión de lo que se conoce como “kafkiano”, situación pesadillesca en la que se suceden acontecimientos extraños sin lógica aparente.