El director, guionista y productor de cine, José Luis Borau, ha participado esta noche en los actos organizados por la Cátedra Intergeneracional Francisco Santisteban con motivo del décimo aniversario de su creación. En un ambiente distendido, tras la proyección de su película "Furtivos", Borau, que ha sido recibido con una cálida ovación, ha comentado múltiples anécdotas del rodaje de este largometraje que le valió el reconocimiento nacional e internacional y la obtención de la Concha de Oro del Festival de Cine de San Sebastián en 1975.
El cineasta, que mañana podría pasar a ocupar el sillón "B" de la Real Academia Española asignado hasta su fallecimiento a Fernando Fernán Gómez, ha hecho referencia a las numerosas dificultades que tuvo la película para su estreno ante su negativa a realizar la más de treintena de cortes que le demandaba la censura. "Furtivos", rodada en los meses finales del franquismo, presenta una descarnado drama pasional situado en la España rural de los setenta, marcada por el hermetismo, la represión y el ahogo vital, que reflejan a la perfección los personajes de la película y en especial su protagonista, Lola Gaos, actriz para quien fue escrito el guión . "Era -ha comentado Borau- una película para angustiarse, envuelta en una violencia moral no gratuita". Es esa violencia sugerida en lo que son los hechos trascendentales de la trama, pero explícita sobre los animales lo que generó, según su director, una gran polémica aunque en el rodaje se contó con un veterinario para cuidar de los animales y "no se mató ningún lobo, sino a un perro viejo y enfermo y con todos los controles necesarios".