Dos estudiosas estadounidenses, Hazel Cazorla, de la Universidad de Dallas, y Phyllis Zatlin de la Universidad Rutgers han abordado durante la jornada de hoy algunas de las claves del tetaro de Antonio Gala dentro del congreso que sobre el escritor cordobés viene desarrollándose en la Fundación que lleva su nombre.
Cazorla se refirió a la herencia romana y mora en la obra de Gala subrayando "su elegancia natural, la seriedad, el aprecio por la belleza y un lenguaje chispeante y profundo capaz de saltar de los culto a lo popular", adentrándose en los significados de elementos arquitectónicos como el jardín, los patios o las escaleras para " evocar el misterio metafísico de la vida humana". Por su parte Zatlin se ha centrado en las desmitificaciones que Gala realiza "para hacernos rabiar o para hacernos llorar, ya que cuando nos hace ver la realidad que se esconde bajo un mito es para que veamos algo muy conocido con ojos nuevos, lo que tiene un gran efecto".
Sin embargo la jornada estuvo especialmente marcada por presencias como la del poeta Pablo García Baena, la del director de cine Pedro Olea y sobre todo por la de la actriz Concha Velasco y la del guitarrista Manolo Sanlucar, quien acompañó con su guitarra una lectura de versos realizada por el propio Gala. Por su parte la coordinadora del congreso y profesora de la Universidad de Córdoba Ana Padilla, intervino también como especialista para adentrarse en los personajes femeninos del autor " que tienden a afrontar situaciones adversas utilizando los sentimientos de la inteligencia emocional"