Martes, 19 de Julio de 2005 15:47

Corduba 05. Juan José Badiola y Antonio Gasca advierten que la crisis de las vacas locas no ha terminado

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El presidente del Consejo General de Veterinarios y director del laboratorio de referencia contra la Encelopatía Espongiforme Bovina (EEB), Juan José Badiola, ha advertido esta mañana en el marco de la Universidad de Verano Corduba 2005 que la crisis de las vacas locas no se ha cerrado, a pesar de l
a reducción de casos detectados en el ganado español. Badiola se mostró especialmente preocupado por dos de los previsibles efectos del mal de las vacas locas en los próximos años: la aparición de casos en humanos y la transmisión de la enfermedad a cabras y ovejas. En este sentido, Badiola explicó que la detección de un caso de una cabra enferma en Francia ha obligado a España a analizar una cabaña de cabras superior a los 125.000 ejemplares.
Sobre la aparición de casos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (variante de la EEB en humanos) en España, Badiola explicó que hasta 2010 podrán diagnosticarse casos provocados por la ingesta de carne infectada entre 1994 y 2000. Y recordó que hace sólo 3 semanas se detectó el primer caso en humanos en Portugal.
Antes de acabar su intervención, Badiola rompió una lanza a favor de los jóvenes investigadores y pidió a las administraciones públicas y a la empresa privada un mayor compromiso con la ciencia.
La mesa redonda celebrada en el curso sobre "Seguridad Alimentaria y Sanidad Animal" ha contado además con la presencia de Antonio Gasca, miembro del comité andaluz de expertos en EEB. Antes de su intervención, Gasca ha asegurado que la crisis de las vacas locas ha probado de sobra la globalización de las crisis alimentarias, advirtiendo que el mal ya ha llegado a EEUU y a Japón. Además, Gasca ha insistió en que todavía quedan abiertos muchos frentes en la lucha contra la enfermedad como son los métodos de diagnóstico en animales vivos y el control de la epidemia, articulada actualmente por drásticas medidas de seguridad que, a juicio de Gasca, están costando miles de millones de euros a los productores.