La igualdad de sexos ha llegado también, por desgracia, a la violencia escolar y los últimos estudios indican que la distancia entre chicas y chicos agresores se ha acortado hasta prácticamente desaparecer. La violencia escolar no es una cuestión de sexo, aunque las niñas utilicen menos la violencia física que los niños.
Así lo ha explicado hoy el profesor del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba, Antonio Jesús Rodríguez, quien ha indicado que aunque se tiende a pensar que el menor agresor es más fuerte físicamente que sus víctimas, la realidad es que hay muchos perfiles y formas de agresión ya que la violencia escolar engloba distintos fenómenos como el vandalismo, la agresión a profesorado, entre iguales, etc..
El común denominador de los agresores es el sentimiento de superioridad en algún aspecto, ya sea físico, social, intelectual, económico, etc. sobre sus víctimas, comenta Rodríguez, que imparte en los Seminarios Universitarios de Lucena el curso sobre Violencia Escolar y Ciberacoso: estrategias para centros educativos y entornos sociocomunitarios.
Aunque parezca que la violencia escolar se ha incrementado en los últimos años lo cierto es que no hay estudios que para comparar de forma objetiva con la situación de hace 15 o 20 años, por lo que difícilmente se puede afirmar que los niños y jóvenes de hoy son más violentos que hace unos años, asegura el docente.
En este sentido, Rodríguez señaló que lo que sí somos ahora es más conscientes de la existencia de casos de violencia en las aulas, que tampoco son situaciones comunes ni graves en términos generales.
Para el profesor de la UCO, esta imagen distorsionada de la realidad, que hace parecer que la violencia escolar es una circunstancia habitual en las aulas, se debe en parte a los medios de comunicación, a quienes recordó su importante labor de sensibilización social.
Asimismo, hizo hincapié en que las familias, como primer núcleos de socialización de los menores, juegan un papel fundamental en la prevención de "ser víctimas y también de ser agresores".
Por ello, Rodríguez reclama una mayor implicación de las asociaciones de padres y madres en la construcción de la convivencia en los centros escolares, para que sepan prevenir, detectar y tratar tanto cuando sus hijos son víctimas de violencia escolar o cuando son posibles agresores.
Por otra parte, y en referencia a los recientes casos de violación de menores en Baena (Córdoba) e Isla Cristina (Huelva), el profesor del Departamento de Psicología señaló que, sin contar con la información necesaria, no se puede afirmar que dichos casos tengan relación con la violencia escolar, y que los agresores lo sean también en sus centros educativos.
Martes, 21 de Julio de 2009 14:09
Corduba 09. Lucena. La violencia escolar no es cuestión de sexo
G.C. - R.A.
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Actualidad Universitaria